jueves, 12 de agosto de 2010

Invierno

Sacrilegio y extensión del paradigma… nuevo estigma ordenatorio.
Vincular lo necesario con el mal, roscas de medio infierno, mezcla yugular .
Amor incondicional, amor menstrual, lejos del olvido canción yugular, canción yugular.
Presto viento del reformatorio, alcanza cual alma grotesca, el invierno que se acerca.
Muere y muere muerto, en lo espacios obtusos.

“he dicho sacrilegio, no eres fiel”

Guardó su daga de sangre seca.
El sirviente arrastrado besaba el callo de sus pies, por si acaso alguien quisiera verlo muerto. Pero todos sabemos cuan esclavos somos de nosotros mismos.
Pobre sureño negro… le toco un rimel barato. Más mariguana seca.

Pero el lenguaje es privado, y si animal quisiste ser… seguí rezando a tus miedos, porque en nada yace el dolor.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Yo no soy vos
Vos no sos yo
Y tengo que lidiar con mi persona a solas…
Creo que vos también…
Pero podemos respirar juntos, los momentos que podamos.
Nunca vamos a poder poseer nada… tratemos de no buscar tantas ideas
Durmámonos en la hora que sea necesaria
Cuando la ultima preocupación sean tus ojos... o los mios.

jueves, 5 de agosto de 2010

el amor

es que nada tiene sentido si no es retribuido

la incondicionalidad dejasela a un griego muerto

ami dame algo

que no sea dolor

que no sea como darle un chupetin con cemento a un nene

lunes, 2 de agosto de 2010

No blues

Baila una hoja reseca en el aire. Un otoño seco, muerto.
Espero sentado en algún lado para ir a cualquier otro.
Una bocina parte el silencio. Las hojas siguen ahí, muertas.
Una poesía de mierda se cruza por mi cabeza… una frase perdida sin sentido.
Es que sigo lleno de odio y no se que hacer con eso.
Estoy pensando como meterme en ese colectivo y mezclarme con el cuero frio de los asientos y el olor a tierra.
No hay blues en la zona sur. Acá el dolor sabe amargo y perdido, vacío e indiferente; perdido en el más barato de los paraísos.
Estoy desterrado de ningún lugar, mientras te pienso como esa hoja reseca golpeada por el viento que se va hacia nadie sabe donde, lejos de mi al menos; pero no puedo cambiar nada. No se puede cambiar nada, pero todo eso me cambia a mí.