miércoles, 28 de octubre de 2009

Ningún muerto

Evidentemente nada de lo que hago es bueno, me reduzco a un vaso sucio con cerveza rancia. Es que la vida es así para mi, es un tornado incoherente, es brillantina esparcida sobre un chevy del 70. Abuso hasta de mis amigos con mi estupidez, y me revelo contra un monstruo inventado, cruel y turbio como el mas negro de los porros, pero así es. Así será siempre.
¿Como funcionan tan bien? Me pregunto. ¿Cómo se soporta algo que no se tiene que soportar? ¿O soy un renacuajo perdido y sin cerebro? Lo más probable es que así sea.
Esperar. Exasperar. Y ver sonreír con esa desgracia que le chorrea de la boca que me hace recordar lo hipócrita que puedo llegar a ser.
Hoy dos colectivos se reventaron uno frente al otro en brasil, y todos los pasajeros huyeron con un rayo en el culo, no para salvarse sino para no ver la atrocidad que quedo dentro, la desesperación que quedo dentro, la verdad y el grito diabólico que explotaba sin dirección sobre los asientos sin alma del deformado bus.
Y los eruditos bailaran al compás de Tchaikovsky regalando sabiduría innecesaria, junto con los diseñadores progresistas del futuro que son sus esclavos. Las mujeres mas hermosas siempre serán hermosas, y los idiotas siempre seremos idiotas. Porque no se de libros, ni de cine, ni de música, ni de cómo deben sonar los orgasmos en las noches mas calurosas de navidad.

lunes, 26 de octubre de 2009




Piel, piel, piel, pliego, piel, pliego de piel; rosa cae y derrite contra un indiscutible falo. Es como una frutillita que arde en el brillo de los poros, y unos ojos celestes con la ternura de dios descansan cubiertos de un cabello dorado como el pastizal alemán. Un bordado delicado. Una respiración frágil y debilitada. Es el azúcar pegado en el borde del vaso y la felpa rosa de una estudiante en celo, con sus libros desparramados junto a sus cds nefastos.
El rojo calor, la fiebre, y la enfermedad en unos segundos infinitos esperando la infinita siesta.

viernes, 16 de octubre de 2009

Postales

Postal 1:

Un cadáver viejo y cansado yace sobre un pasto seco y amarillento. Una foto de barrio suburbano. Entre el alambrado polvoriento se enredan sus brazos decorando con sangre seca, el sabor metalizado del dolor desaparecido.
Hay un cielo celeste y un viento nostálgico arrastrando almas tristes por el aire de la tarde; las palomas presagian la huida de la muerte.
¿quién podría pensar en Warhol o en música electrónica, en la podredumbre de un viejo muerto?
Una mujer del desierto camino, con un sombrero bañado en polvo, pasa por la postal –un futuro regalo para sus nietos- sonriendo con el amor del diablo y sumergiéndote en lágrimas de sal. Solo pasó para decir “te quiero”.
Es buen momento para sobrevolar la escena, y como un espectro, intentar oler hasta los calcetines podridos, también victimas de si mismos. Momento de revolcarme en los pastizales abandonados y jugar con gallinas muertas hasta que el sol me deje cansado y maloliente; para terminar dormido en esa gran cama debajo del crucifijo, y levantarme tres horas después implorando por oxigeno artificial.
A la noche el miedo y el odio infinito. Una muerte insignificante. Una nostalgia patética de la ciudad.
Me llevo el aire mezclado con el barro seco y la tristeza de no ser un humano.




Postal 2:


Tormenta de arena en Santa Clara. Mi cara mordiendo -Clint Eastwood- los granos fríos y dolorosos que arrastra la verdad del mar.
En una construcción chica, sobre la playa nos escondíamos del viento con una cerveza horrible y un resfriado semejante al odio. Pensábamos que hacían las otras dos personas contra la pared… ni siquiera sabíamos su sexo, y dudaba de compartir la marihuana del miedo.
En el fondo de un Bowling, una pared del noventa nos encerraba aun mas, como en un sueño que te revienta el pecho; y lloras como desgraciado porque no hay nadie. Púrpura, violeta, verde, humo, puta, humo, cerveza, máquina, y el calor.
Solo los testículos supieron cuanto vale la mísera comodidad masturbatoria, que al menos te importa no arruinar tu corazón. A las 5am pensé que mi oído iba a desmoronarse y me ahogaría en un instante.
La humedad de la almohada me hacia saber que hoy iba a haber mucho sol.



Postal 3:


El hielo seco y la transpiración, con los oídos saturados; matemáticamente paralelo al día indiferente del sur.
El cansancio de un adolescente estúpido testigo de su estupidez. Y la vida indigna de si misma. Es mejor que sea un ente protoplasmático a un intelecto que pueda auto flagelarse.
Sin porque.
Nunca porque.
Hay una noche fría y mas que solitaria, egoísta. Porque vos sos egoísta, y vas a lamentar cada olvido y cada recuerdo con un frenesí absoluto que va a detener tus latidos, y te va a hacer cagar de miedo. Mamá por favor despertame, por favor sacame de acá, ¡salváme!.
Rubias chiquitas, morochas chiquitas, viejas, deprimentes chiquitas que jamás estuvieron ni van a estar cerca de donde quieras fugarte. Revolearon un trompo en la arena y es injusto dejarlo ahí muerto; sin nadie.

jueves, 1 de octubre de 2009

En el tiempo de los hombres

Veo en el tiempo de los hombres. Veo el destino y las arterias cerrándose.
Veo tu amor muriendo como un árbol seco.
Pago mi deuda conmigo. Es un cáncer cervical; ni siquiera se bien que es.
Olés a hoja vieja, a libro viejo, a manzana mordida. Pero no dejo de amarte ni de predecir tu futuro.
Mastico tu infierno, y vos masticas el mío. Pero solo yo se que significa.
Mostrás tu alma y yo muestro la mía. Pero yo solo la veo.
Es el tiempo de los inocentes.
Es tiempo de una venganza limpia.
Ahora que corto el espacio como un cirujano, voy a ahogarte en un agujero negro, hijo de puta. Es el tiempo de los inocentes.
Y en las aguas infértiles de dios, y en los cielos vacíos de poder… arderemos. Quebraremos el suelo firme, cabrones!.