viernes, 16 de octubre de 2009

Postales

Postal 1:

Un cadáver viejo y cansado yace sobre un pasto seco y amarillento. Una foto de barrio suburbano. Entre el alambrado polvoriento se enredan sus brazos decorando con sangre seca, el sabor metalizado del dolor desaparecido.
Hay un cielo celeste y un viento nostálgico arrastrando almas tristes por el aire de la tarde; las palomas presagian la huida de la muerte.
¿quién podría pensar en Warhol o en música electrónica, en la podredumbre de un viejo muerto?
Una mujer del desierto camino, con un sombrero bañado en polvo, pasa por la postal –un futuro regalo para sus nietos- sonriendo con el amor del diablo y sumergiéndote en lágrimas de sal. Solo pasó para decir “te quiero”.
Es buen momento para sobrevolar la escena, y como un espectro, intentar oler hasta los calcetines podridos, también victimas de si mismos. Momento de revolcarme en los pastizales abandonados y jugar con gallinas muertas hasta que el sol me deje cansado y maloliente; para terminar dormido en esa gran cama debajo del crucifijo, y levantarme tres horas después implorando por oxigeno artificial.
A la noche el miedo y el odio infinito. Una muerte insignificante. Una nostalgia patética de la ciudad.
Me llevo el aire mezclado con el barro seco y la tristeza de no ser un humano.




Postal 2:


Tormenta de arena en Santa Clara. Mi cara mordiendo -Clint Eastwood- los granos fríos y dolorosos que arrastra la verdad del mar.
En una construcción chica, sobre la playa nos escondíamos del viento con una cerveza horrible y un resfriado semejante al odio. Pensábamos que hacían las otras dos personas contra la pared… ni siquiera sabíamos su sexo, y dudaba de compartir la marihuana del miedo.
En el fondo de un Bowling, una pared del noventa nos encerraba aun mas, como en un sueño que te revienta el pecho; y lloras como desgraciado porque no hay nadie. Púrpura, violeta, verde, humo, puta, humo, cerveza, máquina, y el calor.
Solo los testículos supieron cuanto vale la mísera comodidad masturbatoria, que al menos te importa no arruinar tu corazón. A las 5am pensé que mi oído iba a desmoronarse y me ahogaría en un instante.
La humedad de la almohada me hacia saber que hoy iba a haber mucho sol.



Postal 3:


El hielo seco y la transpiración, con los oídos saturados; matemáticamente paralelo al día indiferente del sur.
El cansancio de un adolescente estúpido testigo de su estupidez. Y la vida indigna de si misma. Es mejor que sea un ente protoplasmático a un intelecto que pueda auto flagelarse.
Sin porque.
Nunca porque.
Hay una noche fría y mas que solitaria, egoísta. Porque vos sos egoísta, y vas a lamentar cada olvido y cada recuerdo con un frenesí absoluto que va a detener tus latidos, y te va a hacer cagar de miedo. Mamá por favor despertame, por favor sacame de acá, ¡salváme!.
Rubias chiquitas, morochas chiquitas, viejas, deprimentes chiquitas que jamás estuvieron ni van a estar cerca de donde quieras fugarte. Revolearon un trompo en la arena y es injusto dejarlo ahí muerto; sin nadie.

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