a mi amigo Zeus

Me convertí en la pieza… en la obra fundamental de la incógnita.
El miedo parece ser parte de otra cosa, y yo divago y deambulo como un diablo, errático como un diablo, necio como un santo.
Negué la incógnita y hoy se encarna en mi como la refracción del color, es momento de la aceptación; parece razonable entregarse, al menos así parece.
Espero no tener miedo, como Miller, espero destruir la matemática y dejársela a otros, y no carecer de dolor ni de amor ni de simpatía. Porque lo que quiero lo querré cuando sea necesario. No hay tiempos para el amor ni destiempos para el mismo… esta la posibilidad de querer que así sea, real.
Fantasmas del presente deambulen y maten todo lo que puedan, desarraiguen y violen todo lo que se enfrente a su paso, denle una buena lección a dios, y regálenme un orgasmo solitario, un buche de vino inmortal.
No espero caer muerto como un lobo viejo, no quiero que así sea. Deseo de lo desconocido algo mas que la convención del amor algo mas, un pedo burbuja cromático como un arco iris, un beso indiferente al menos, diez días macabros de mi propia felicidad y un adiós que pueda entender y amar hasta el final.
Quiero mecerme en un bote con una botella de vino y coquetear con la luna como un nene de primario. Así espero que sea la nébula que hoy amaga con comerse la tierra, que amenaza con comerme, con derretir el mas caliente de los hielos y dejarme.
Mi impronta será caprichosa quizás, será Zeus sabe que. Desmayemosnos en los brazos de un río.